La Piedra del Sol es un disco monolítico de basalto con inscripciones alusivas a la cosmogonía prehispánica de nuestra mesoamerica, de la civilización Azteca y los cultos solares.
Es común llamarla Calendario Azteca. Aunque probablemente fue un recipiente ceremonial o un temalácatl o altar de sacrificio gladiatorio, involucrado probablemente en la festividad mexica Tlacaxipehualiztli. Mide 3,60 metros de diámetro, 122 centímetros de grosor y pesa más de 24 toneladas.
En lengua náhuatl es llamada “Ollin Tonatiuhtlan” que significa "Sol de Movimiento". Esta manera de llamarle tiene relación con la forma en que, según la cosmogonía prehispanica, se espera termine la era del Quinto Sol; los cuatro anteriores llevaban por nombre la manera en que ese sol finalizaría; se dice que "Ollin Tonatiuh" finalizará con una serie de terremotos.
NOTA:
Entre los Mayas otra gran civilización del sureste de México y según el Popol vuh, el Libro de los Libros, el mundo cambió en cuatro Eras diferentes, y al final de cada una de ellas hubo un cambio substancial y violento sobre la faz de la Tierra; el Primer Mundo fue destruido por terremotos o el Poder de la tierra; El Segundo por el viento y se manifiesta como Kukulcan, el Tercero por una Lluvia de Fuego; y la cuarta ocasión por el Agua, el Diluvio;…
El quinto Movimiento corresponde a la Era actual y habrá de terminar al final del ciclo de 26,000 años denominado el Dia Sideral; según los estudiosos esta fecha seria el 21 de diciembre del año 2012, coincidente con el solsticio de invierno de dicho año.
Esto nos habla de un paralelismo cultural y la probable influencia de las culturas mas antiguas en el continente sobre aquellas que llegaron y evolucionaron posteriormente.
BREVE HISTORIA
LA PIEDRA DEL SOL es uno de los monolitos más antiguos que se conserva de la cultura AZTECA, cuyo tallado se ha fechado alrededor del año 1479.
Durante el Periodo Postclásico en el Templo Mayor de México-Tenochtitlán, probablemente ocupó un lugar colocado sobre uno de los templos llamado Quauhxicalli.
Antes del reciente descubrimiento del monolito de Tlaltecuhtli, dios-diosa de la tierra, con sus 4 por 3.57 metros de altura y que se encuentra actualmente en proceso de salvamento y restauración, se pensaba que la Piedra del Sol era la más grande escultura monolítica por sus particulares dimensiones.
Fue enterrada al consumarse la Conquista de México y permaneció así hasta su hallazgo en el Zócalo, la plaza mayor de Ciudad de México, el 17 de diciembre de 1790.
Fue colocado a un costado de la Catedral Metropolitana. A finales del siglo XIX se trasladó al museo arqueológico de la calle Moneda y en 1964 fue trasladado al Museo Nacional de Antropología e Historia, donde preside la Sala Mexica de dicho museo y está inscrito en diversas monedas mexicanas.
DESCRIPCION
Los motivos escultóricos en alto y bajo relieve que cubren su superficie son un resumen de la compleja cosmogonía Azteca.
En el centro del monolito se encuentra el rostro del dios solar Tonatiuh dentro del signo "movimiento" (Ollin), con sus dos manos, cada una con una pulsera; un ojo y ceja, porque todo lo ve nada se le puede ocultar.
Además en cada mano, sus garras apresan un corazón humano, y su lengua está representada como un cuchillo de pedernal, expresando la necesidad de sacrificios para la continuidad del movimiento solar.
LAS CUATRO ERAS
Los cuatro cuadrados que rodean la deidad central representan los anteriores cuatro soles que antecedieron al actual Quinto Sol.
el cuadrado superior derecho representa el 4 Jaguar, día que, tras 676 años, la primera era acabó al surgir de las entrañas de la tierra, monstruos que devoraron a la gente. Representa el elemento tierra.
A su izquierda, está 4 Viento que recuerda que tras 364 años, vientos huracanados sacudieron la tierra e hicieron que los que no murieron se convertirán en monos.
Bajo éste, 4 Lluvia. Este mundo duró 312 años y los que vivieron en él, perecieron o se volvieron guajolotes tras una lluvia de fuego. Representa el elemento fuego.
En el cuadrado inferior derecho se encuentra 4 Agua, antesala de nuestro mundo, que duró 676 años y acabó cuando los que lo habitaron murieron aprisionados por las aguas y se transformaron en peces.
PUNTOS CARDINALES
El disco central contiene los signos de los puntos cardinales colocados entre los signos de las Eras:
· El Norte, signo 1 Pedernal;
· Sur, signo 1 LLuvia;
· Este, con Xiuhuitzolli un signo heráldico
· Oeste, con el signo 7 Mono.
PRIMER ANILLO
Signos Ollin, Tecpátl, Quiahuitl y Xochitl.
TONALPOHUALLI
La siguiente corona la forman los pictogramas de los veinte días bautizados del calendario sagrado azteca, Tonalpohualli en sentido anti horario. Estos veinte días se iban combinando con trece números hasta que se formaba un año sagrado de doscientos sesenta días.
Cipactli, Ehecatl, Calli, Cuetzpallin, Cóatl, Miquiztli, Mazatl, Tochtli, Atl, Itzcuintli, Ozomatli, Malinalli, Ácatl, Ocelotl, Cuauhtli, zcaquauhtli, Ollin, Tecpátl, Quiahuitl y Xochitl
SEGUNDO ANILLO
La segunda corona contiene varias secciones cuadradas, en cada sección que contiene cinco puntos estan representadas las semanas de cinco días.
Existen también ocho ángulos que dividen la piedra en ocho partes. Estos representan los rayos solares colocados en dirección a los puntos cardinales.
TERCER ANILLO
En la parte más baja de la piedra, hay dos serpientes de fuego, XIUHCOATl, que rodean y enmarcan la piedra y llevan al dios por el firmamento, uno frente a otra. Sus cuerpos están divididos en secciones que podrían símbolizar llamas y miembros de jaguar.
Estas secciones podrían representar cincuenta y dos ciclos anuales: el siglo azteca consistió en 52 años, cada correspondencia entre el principio del año civil con el sagrado.
En la parte superior del monolito, un cuadrado tallado entre las colas de las serpientes representa la fecha "13 Ácatl". Esto se supone que corresponde a 1479, el año en el que el calendario fue completado.
En los extremos del relieve, hay ocho agujeros equidistantes, representando diversas constelaciones.
La iconografía prehispánica aún no se ha revelado del todo, hoy por hoy se han desarrollado diversas técnicas para interpretar la simbología de los monumentos que nos han legado las antiguas civilizaciones prehispánicas y sin duda EL CALENDARIO AZTECA es un resúmen de la evolución de la cosmogonía misma, un gran símbolo, un Icono de la Cultura Mexicana…
Enrique Álvarez Huerta
2010
fuente: INAH
No hay comentarios:
Publicar un comentario